Los pañales no son para mi…

Tulga me sobrepasa. Lo confieso: puede conmigo. Su vocabulario se limita a 20 palabras, no pesa ni diez kilos y aún así es capaz de dejarme en K.O técnico todos los días. A las nueve de la noche estoy taaaaaaaaaaaan cansada de luchar con ella a brazo partido desde primera hora de la mañana que, si pudiera, me dormiría antes que mi pequeña lagartija…

Y es que, madres del mundo, Tulga es testaruda como una mula. Cabezona a más no poder. Y, aunque sea a base de mímica, está dispuesta a imponer su sacrosanta voluntad a todo quisqui, incluida la madre que la parió.

Su última obsesión es usar el orinal.

«Ay, qué bien» diréis algunas «Con 18 meses y dispuesta a dejar el pañal ¡Menuda crack! La perfecta combinación entre Leo Messi y Cristiano Ronaldo». Sí, ya. Pero no. Para empezar porque sólo pide pis o caca a) cuando ve a su hermana (o a cualquier otro miembro de la familia) usar el «trono» o b) cuando pasa por delante del baño y la puerta está abierta (aunque en este caso también puede querer lavarse las manos o cepillarse los dientes, labores higiénicas que es capaz de realizar hasta 10 veces al día. Cada una). En segundo lugar, ¿os habéis planteado lo que supone poner a hacer pis a un bebé en pleno invierno? Hay que desmontarlo por completo ¡Como un lego! No basta con bajarle los leotardos o los pantalones ¡Noooooooo! Hay que desabrochar el body y quitar el pañal y luego tener cuidado de que no meta nada en el orinal y eso cuando no va en pijama con pies, porque entonces acabas antes si directamente lo despelotas.

Además, se toma el asunto con calma. Se sienta cual majarajá en su taza rosa y canturrea sus buenos diez minutos, con los pies descalzos en el suelo frío, mientras tú sujetas la parte que cuelga del body en cuclillas. Que empiezo a tener unos muslos que ya los querría para sí Conán el Bárbaro.

Cuando termina sus quéhaceres se levanta orgullosa y señala con el dedo lo que haya salido de su cuerpo. Ante nuestros elogios, ha cogido la costumbre de ir a buscar a cuantos miembros de la familia estén en casa para compartir con ellos el resultado de sus esfuerzos, lo que puede demorar un buen rato poner fin al experimento. Y entonces, queda lo peor: volver a ponerle el pañal y vestirla.

Últimamente me siento como el Coyote persiguiendo al Correcaminos. Con eso lo digo todo.

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Tulga no quiere empañalarse ni subirse los pantalones. Es un espíritu libre (y cabezón) dispuesto a cogerse una pulmonía corriendo por ahí en totales cueros vivos. Hasta que se hace pis en la alfombra o yo me harto y la meto en cintura a la fuerza. Y esto, al menos, seis veces al día.

Bip, bip!

Vale. No pasa nada. Quizá la solución sea quitarle ya el pañal y listos. A otra cosa mariposa… Sin embargo, teniendo en cuenta que al menos que me sorprenda meando no va a pedir pipí es una auténtica locura. No tengo suficiente ropa (ni espacio para tenderla) para hacer eso. Por otro lado, igual que algunas de sus otras obsesiones (como tocarse los dedos los pies, probar un bocado de todo lo que haya sobre la mesa, sea comestible o no, o abrir puertas y cajones), la manía de ir al baño puede pasársele en cualquier momento ¿Y entonces qué hago?

De momento, cagarme en lo que se menea y rezar para que la empresa ACME desarrolle de una vez el arma definitiva para atrapar al jodío Correcaminos…

 

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7 responses to “Los pañales no son para mi…”

  1. Diario de una mami says :

    ¡jajajajaja! Ay, los pañales, qué odisea, sí. 😉 Muuucha paciencia, chiquilla. Lo has descrito perfectamente, jeje. A Pegotito le hemos quitado el pañal hará cosa de un mes (¡ala, en pleno invierno, yeah!) 😉

    • Norgwinid says :

      Si es que Tulga aún es muy pequeña pero esto de tener una hermana mayor acelera los tiempos!!!! Ella quiere hacer lo mismo que una niña de cuatro años y claro ¡no puede ser! Ains, señor, dame paciencia…

  2. papa bicho raro says :

    Je, je, je. Que paciencia hay que tener! Mi tiempo y el de mi Peque avanzan a distinta velocidad :(… Nuestro Peque todavía no ha empezado a dejar el pañal, pero creo que no le queda mucho para que comience…

    • Norgwinid says :

      Jajaja. Lo del pañal puede ser muy pesado aunque tengo que reconocer que mi experiencia con la Mayor fue estupenda. En una semana listo! Pero cada niño es un mundo, vivedios!
      Bienvenido, por cierto. Creo que eres el primer papá que me comenta!!!!!

  3. mamacaotica says :

    Jajajajajajajajajajaja Disculpame, pero Tulga es lo más!

    Imagino lo que debe ser correr de un lado para otro detrás de ella, pero supongo que vivirlo debe ser peor. Pídele al Santo Job paciencia y que pase esta época de «abajo los pañales» rápido.

    La mía también es cabezona a más no poder. Miedo me da cuando sea más mayor.

    • Norgwinid says :

      Si en el fondo yo me parto de risa.., excepto cuando me esperan para ir a la calle y yo tengo a un bebé en pelota picada corriendo por la casa, defendiendo el nudismo a voz en grito! Ainsss. Espero que se le pase pronto…

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